No… con mucha honestidad, debo decir que no siempre funciona. Claro que ponerse en manos de un buen profesional, en principio, es un apoyo importante cuando queremos hacer un cambio en nuestra vida personal o profesional, pero el factor más importante en un proceso de Coaching, es el compromiso de su protagonista con el logro de su M.E.T.A., su implicación, su papel activo, y sin estos, por bueno que sea el Coach que contratemos, el proceso de Coaching se quedará “en espera”.
Para aprovechar al máximo un proceso de Coaching, se requiere haber llegado a un nivel de desarrollo personal, en definitiva de maduración, lo suficientemente avanzado como para asumir la responsabilidad sobre nuestra vida, en su totalidad; en ocasiones, la persona no ha llegado todavía a ese nivel, para las dificultades a las que se enfrenta, sigue buscando “culpables” fuera, sigue tratando de cargar con su responsabilidad a otro, sigue esperando que las soluciones vengan de fuera, sin tomar un papel activo y proactivo en su vida.
Cuando la persona está en este nivel, con frecuencia cuando habla, se queja, se queja de todo y de todos, tiene el foco puesto en lo que los demás “deberían hacer”, en lo que otros “tendrían que cambiar”, no en lo que ella quiere hacer: “es que mi padre…”, “la culpa la tiene mi jefe…”, “si mi novio fuera más…”, “si yo hubiera tenido una madre menos…”, “si mis amigos fuesen…”, “es que hace mucho calor…”. Un buen Coach le puede acompañar en el camino de tomar conciencia sobre esta forma de encarar las situaciones que le propone la vida y en descubrir su propósito, algo de lo que ya hablábamos en un post anterior, el “para qué hacemos las cosas”, nuestra “misión”, pues en esta fase, la persona suele estar bastante perdida.
Lo que es indudable, es que en algún momento del proceso, la persona debe asumir la responsabilidad de la que hablaba antes con respecto a su vida, con respecto al logro de la M.E.T.A. que se ha propuesto, y si esto no ocurre, hay que suspender el proceso y dejarlo en espera de que la persona dé ese paso.
No te censures, todos en algún momento hemos pasado por esa fase “victimista”, en la Escuela de Inteligencia nos enseñaron que “caerse está permitido, pero levantarse es una obligación”; lo importante no es lo que has hecho en el pasado, sino lo que quieres hacer en el futuro, que te des cuenta de que mientras estás atribuyendo tu responsabilidad a otros, mientras esperas que ellos dejen de hacer eso que tanto te molesta, estás tirando una enorme cantidad de energía, la que necesitas para centrarte en ti, en lo que tú quieres hacer con respecto a ese tema, en lo que es importante para ti y en las decisiones que debes tú tomar con respecto a tu vida.
Hoy me despido con un deseo de las galaxias… ¡Que la fuerza y la Responsabilidad te acompañen…! ; >
¿Quieres hablar de este tema? ¿Empiezas a ver una nueva luz pero no sabes por dónde seguir? Escríbeme un mail o llámame y te cuento.
Algunas veces simplemente no necesitamos responsabilizarnos sino que tenemos que pasar antes por otro trámite (desahogo, duelo, autoconocimiento o lo que sea) ¿Te has dado cuenta de que a veces el «problema» esta en que no se sabe lo que realmente se quiere?
Muy aclaradora la entrada, muchas gracias por compartirlo con nosotros.
Un abrazo.
Gracias Polo, me alegro de que te sirva, a mí me sirven mucho las tuyas…
Yo creo que en los trámites que planteas también juega un papel importante la responsabilidad: asumir que necesitamos desahogarnos (y no quedarnos ahí…), que estamos afrontando una pérdida, que nos estamos conociendo mejor… también son un ejercicio de responsabilidad para con nosotros y nuestras necesidades. Sí, muchas veces no sabemos lo que queremos, y esa ya es una toma de conciencia «de la leche» y un buen primer paso para seguir por una más que interesante senda… ¡Otro abrazo compi!
Muy clarito y conciso este resumen que has hecho. Mil gracias por todo, Lola. Suerte y mil besos. MJ
Gracias a ti guapa, ¡y yo que me alegro de que sea útil! Jaaaaaaaja ja. Más besos para tí y espero que te guste tu regalito…