¿Compartes la responsabilidad?

En el avión a Málaga de la semana pasada, observé una situación que me llamó la atención: había una familia joven con dos niños pequeños distribuidos de la siguiente forma: ella en el asiento de pasillo, tenía a su izquierda a los dos niños, al otro lado del pasillo estaba su marido, en la misma fila… Durante todo el vuelo los niños jugaban, se peleaban, comían, bebían… y la madre se ocupaba de todo el proceso, los niños no estuvieron quietos ni un minuto y la madre tampoco. Con respecto al padre, pasó todo el vuelo jugando con aparatos electrónicos, leyendo y viendo películas en esos mismos aparatos.

Lo que más me llamó la atención, es que esta situación no cambió en ningún momento, no se escuchó al marido ofrecerse a cambiar de asiento, pero tampoco se escuchó a la mujer PEDIR apoyo a su marido, y ahí es donde quiero llegar.

Culpamos mucho a la sociedad del peso que cargamos las mujeres, de lo injusto del reparto de papeles, de cómo se aprovechan los hombres de esta situación… ¿y nosotras qué hacemos? Ciertamente, aún en los años que vivimos, existe un reparto de papeles no escrito en ningún sitio, según el cual, todavía muchas mujeres (afortunadamente ya no todas…) asumen que la responsabilidad sobre la casa y los hijos es suya, y se reciben presiones de distinta naturaleza para que así sea. Como resultado de estas presiones, aparecen los tan frecuentes “sentimientos de culpa” cuando como mujeres nos encontramos disfrutando de algo distinto a las responsabilidades que se nos han adjudicado.

Sí, se necesita pasar por un proceso para liberarse de ese sentimiento… y lleva su tiempo, pero solo tú puedes elegir si sucumbes a esas presiones o poco a poco te revelas y empiezas a permitirte disfrutar de otras cosas, y a poner el conflicto encima de la mesa, que es donde tienen que estar los conflictos. Cuando no afloran, generan procesos de resentimiento y victimismo que desde luego no nos apoyan para ser más felices.

En la última reunión de voluntarios de españolaenmunich.com se hablaba de este tema, se comentaba la necesidad de despertar conciencias, para que las mujeres que todavía están dormidas dejen de funcionar en automático asumiendo responsabilidades más allá de las humana y socialmente razonables y empiecen a compartirlas con la otra parte del equipo que constituimos cuando nos emparejamos.

Ya te estoy escuchando: “es que me va a tocar discutir”, ¡Te lo garantizo! ¡Claro que te va a tocar discutir! Pero creo que son discusiones que es necesario tener, pues las nuevas perspectivas en el futuro de vuestra relación de pareja, y en la educación de vuestros hijos si los tenéis, harán que haya merecido la pena.

Todos en algún punto, funcionamos según la ley del mínimo esfuerzo, nosotras también, si viene alguien a ocuparse de nuestras cosas, le dejamos encantados… Pero en el fondo, sabemos que es nuestra responsabilidad y que somos nosotros los que debemos asumirla y que eso redunda en positivo en nuestras relaciones.

En el otro extremo, tengo el ejemplo de una clienta que quiere dejar a sus hijas el legado y las enseñanzas de compartir con ellas el proceso de dedicarse profesionalmente a su pasión.

¿Y tú? ¿Qué quieres enseñar a tus hijos?

Publicado por Lola Hernández

Psicóloga y coach afincada en Múnich (Alemania). www.coachingenmunich.com. Más info en este enlace: https://coachingenmunich.com/about/

13 comentarios sobre “¿Compartes la responsabilidad?

  1. Me encanta haber encontrado un hueco para leerte hoy!! Estoy muy de acuerdo con lo que dices, desde el título mismo ya m parece acertado. Siempre nos quejamos de la discriminacion de las mujeres, de machismos… pero justo el problema está ahí en la responsabilidad. Tener responsabilidad es algo importante y necesario que se convierte en un problema. Se nos enseña que los hombres son un desastre y no saben hacer nada, y q las mujeres somos más inteligentes y maduras. Podría parecer que las mujeres salimos muy bien paradas… pero es claro una trampa. El problema no es que se discrimine a las mujeres, es que se «dismcrimina» a los hombres, dejando todo lo importante a nosotras. A ver sin con posts como este más gente se da cuenta de que tenemos que querer ser personas responsables y capaces, independientemente de lo que tengamos entre las piernas… MAGNÍFICO LOLA!!

      1. Ole, ole y ole…. ¡Que buenas cabezas pensantes ha dejado nuestro legado familiar! ¡que buena tu reflexión, Lola y que magnifica contestación de nuestra Sara!
        Por cierto, ¿que tal vuestro viaje por España? Mil besos. MJ

      2. ¡Gracias Hermana! ¿Has visto qué sobrina tenemos? Ya sabía yo que no iba a ser la única en sentirse orgullosa… En cuanto a nuestro viaje, una maravilla, hemos disfrutado, nos hemos relajado, nos hemos alegrado la vista, el paladar y para colmo, hemos disfrutado de la familia ¡qué más se puede pedir! Un besito y gracias de nuevo.

  2. Querida Lola, vos siempre ofreciendonos disparadores interesantes!
    Me has hecho pensar mucho sobre mis hijos y sus comportamientos en los roles que desempenian y mi aporte a los mismos.
    Debo confesar que la educacion que recibieron no tuvo caracteristicas excepcionales de mi claridad en el analisis de genero que posteriormente fui adquiriendo o que creo haber adquirido.
    Sin grandes aspavientos ni retorica que fundamentara mucho, el caso es que en nuestra casa era natural, muy natural, ver a un padre que cocinara, lavara un piso y a una madre que delegara o asumiera funciones apropiadas generacionalmente.
    Para esto hizo falta, nada mas, que sus padres fueramos personas logicas, solidarias y responsables, entre otras cosas y no todas siempre positivas.
    Del mismo modo que yo nunca me vi impedida por mi condicion femenina, de estar a la par de mi esposo en arreglos y reformas de la casa, el nunca dejo de compartir paniales, meriendas etc.
    No teniamos muy claro esto de la igualdad aunque la practicabamos, mis hijos lo vieron y sin analizarlo lo asumieron.
    Creo que en el aporte que les podemos dar a los hijos todo esta muy vinculado y si ellos reciben valores claros sobre responsabilidad y solidaridad dificilmente se queden sentados mirando como una de las partes lleva en su espalda el peso de un proyecto, ya sea encarando las tareas domesticas o con la proveeduria de lo economicamente necesario.
    Claro que este tema tiene aristas mas amplias que abarcan desde las costumbres, hasta lo que tiene que ver con las cuotas de poder, pero esta imagen que nos ofreces de la familia con un padre actuando como un adolescente y una mama que como si tuviera cuatro manos cubre todo, me deja una sensacion de estar frente a un egoismo individualista muy grande de ambos lados. El por no asumir su cuota de responsabilidad y ella que cubriendo todo aleja cualquier intento de ayuda. Cada uno desde su individualidad «es» una imagen, pero sin lograr la fusion de un equipo, que es lo que a mi entender es una pareja.
    Un abrazo!

    1. Mabel, te agradezco mucho que compartas tus reflexiones porque al leerte, una se dá cuenta de que realmente «otro mundo es posible», cosas que para algunos están todavía muy lejos, son algo cotidiano y cercano para otros afortunados como tú… ¡Enhorabuena Mabel! Ahora empiezo a entender de dónde has sacado tú la sabiduría que transmites… ¡qué maravilla mujer! Un besazo y hasta el martes.

  3. Pues qué decir!! Soy de las que pienso que si algún día llego a tener hijos… Mi hijo jugaría con la cocinita y la Barbie negra, china y gordita; mi hija jugaría con coches y tractores. ¿Por qué ya desde pequeños les regalamos juguetes claramente sexistas? Yo me enorgullezco enormemente de mi hermanita, quien es soldadora y trabaja como tal pero que también se ha encontrado con el handicap de que determinadas empresas la discriminan como mujer al pensar que es un trabajo exclusivo de hombres y no tienen las instalaciones necesarias en la empresa para mujeres. Y también me enorgullezco enormemente de mi sobrina, quien está más interesada en la mecánica de los coches que en estudiar algo más «elegante» y que es una apasionada de las motos, vamos, del mundo del motor. Solo espero que la sociedad sepa reconocer su arte y su pasión.
    Mientras tanto, yo sigo discutiendo con mi pareja respecto de la limpieza. Porque a ver, hay muchos que comparten las tareas domésticas como es mi caso pero… ¿Qué tareas domésticas son esas? En mi caso se limitan a lo esencial: barrer, fregar, lavar, tender, etc. Pero cuando llega la hora de limpiar la cocina a fondo, el baño y similares ahí estoy yo sola. Y es que no entienden que el frigorífico no es auto limpiable, el horno no es pirolítico, el cubo de la basura se ensucia pese a tener bolsa… En fin, estoy segura que me entendéis, ¿verdad?

    1. Solaichen… te entiendo… En este caso ¿qué tal negociar? Vale, yo me ocupo del horno, el cubo de basura… y ¿tú de qué te vas a ocupar? Por otra parte… ¿con qué frecuencia lo limpias? ¿tal vez te/os exiges demasiado? A lo mejor rebajar un poco el nivel de exigencia… En cualquier caso, ¡gracias por tu contribución! Aprovecho para enviarte un besazo

  4. Lola que bueno el tema que sacas…El finde Polo y yo sacamos el tema de genéro y me lo ha recordado. Una aportación que hago a tu planteamiento de la responsabilidad, es el «saber pedir» las cosas, sin exigirlas. Muchas veces en vez de ser asertivos y pedir al otro que nos ayude, acabamos por exigirselo o hacerle sentir culpable, y claro eso ya no va a tener el efecto deseado, sino recriminatorio.
    Si pedimos desde los hechos objetivos, y como nos sentimos cuando el otro no asume su responsabilidad «sin exigir», seguramente sería mucho mas efectivo. Muchas veces se evitan las discusiones por no saber como exponerlo. Besitos y felicitaciones por el post!! Merche

  5. Hace muchos años que vengo diciendo que buena parte de la culpa del machismo y de la discriminción femenina, sobre todo en sociedades «civilizadas», la tienen las propias mujeres. Muchas se sienten incluso orgullosas de su papel de «señoras de» y son las primeras en criticar a las que pelean por su libertad o que exigen a sus parejas una participación igualitaria en las tareas domésticas o en la educación de los hijos. Evidentemente, a muchos hombres este «apoyo» por parte del «enemigo» les viene fenomenal.
    Creo que acabar con el machismo y los roles tradicionales es posible solo con planes educativos adecuados y el ejemplo de la familia.
    Os queda mucho por pelear, pero sobre todo con vuestras propias «compañeras. Suerte y un abrazo.

    1. Gracias Tomás, sí, comparto contigo que los roles están tan desgraciadamente interiorizados, que sin darnos cuenta, tanto hombres como mujeres tenemos comportamientos que sitúan a la mujer en un escalón inferior con respecto al nivel de derechos… Necesitamos hacer un esfuerzo para autoobservar nuestras propias conductas, para poder salirnos de esos «patrones pre-establecidos». Y claro, las mujeres, en muchos casos, tenemos todavía mucho trabajo que hacer en lo que respecta a nuestra autonomía e independencia, en todos los sentidos, para eso también necesitamos salirnos de un «círculo perverso»: el tiempo que dedicamos a asumir una parte mayor de la responsabilidad, de la que nos corresponde, debemos dedicarlo a desarrollarnos profesionalmente y en otras áreas. Un besazo Cuñao, Lola

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