Todavía no me puedo creer que esté escribiendo esto. De forma inesperada, hace pocos días, mi hermano Luis nos dejó. No pudimos despedirnos de él, se quedaron muchas cosas pendientes y todos sentimos que con él murió una parte de nosotros, ya nada volverá a ser igual.
Se ha ido sin molestar, buscando un momento en el que fuese fácil estar juntos, apoyándonos, con tiempo para recuperarnos del duro golpe, trayéndonos de nuevo a escenarios en los que hemos sido muy felices y trasladándonos el testigo de mantenernos unidos.
Durante todos estos días, nos ha acompañado el recuerdo de su sonrisa, su mirada y su voz. Luis era una persona increíble, con su pérdida, hemos tenido la oportunidad de saber hasta qué punto era querido por sus compañeros y amigos, y lo generoso y solidario que era con ellos y con todas las asociaciones ecologistas, de protección animal y protección civil, en las que trabajaba como voluntario… ¡como si no tuviese suficiente trabajo!
Otro consuelo que nos queda, es que murió como un héroe, a través de la donación de sus órganos, se fue dando vida y salud a otras personas, y estoy segura de que se sentiría orgulloso por todo ello. Sus conmovidos compañeros de Protección Civil, decían que llegó aprendiendo a su organización, y se fue enseñando. Yo creo que no solo en Protección Civil… en la vida, en su vida, en nuestra vida, llegó aprendiendo y se ha ido enseñándonos mucho a todos. Hay cosas que se quedaron pendientes con él, pero nos ha enseñado que mientras estemos aquí, tenemos la oportunidad de no dejar cosas pendientes con otros y disfrutar de cada ocasión que nos ofrece la vida para pasar un buen rato con las personas que queremos, centrándonos en lo que nos gusta y nos une, más que en lo que nos gusta menos del otro. Nos ha enseñado, que si queremos hacer algo por alguien, ahora es el momento. Que el tiempo y el cariño compartido es mucho más valioso que todo el dinero del mundo y que cada día es un regalo.
Me gusta pensar que se ha ido cuando se ha cerrado su círculo, en un momento de plenitud, en su querida montaña, sintiéndose valorado, apoyado y querido. Yo creo que tenemos un “amigo” por ahí arriba y que este tenía nuevos planes para él, así que por algún sitio interesante, debe estar naciendo un maravilloso ser, en una versión mejorada de sí mismo, incorporando todos los valores adquiridos en esta etapa y con muchas ganas de seguir aportando con coraje a su alrededor. Gracias por haber sido parte de nuestras vidas durante este tiempo, por haberte compartido con nosotros y por habernos querido tanto, nos quedamos con tu cariño y nos consuela saber que te llevas el nuestro. Nuestros corazones estarán siempre unidos por un hilo invisible en todas las etapas que estén por venir. Tú eres nuestro héroe.
¡A por ello! 
Lola, qué hermano más guay tienes. Muchos abrazos guapa.
No lo sabes tú bien Silvia… muchas gracias bonita!
Maravillosas y conmovedoras palabras Lola 😢
Gracias amiga… sí, son de las que nos ayudan con los sentimientos… 😉
Muy bonito Lola! Un abrazo de los fuertes.
Muchas gracias Emma, todo lo que digo sobre él es absolutamente cierto… él era bonito… Un abrazo fuerte de vuelta
No podías haberlo dicho mejor Lola.
Desde luego tu hermano está «ahí arriba» como dices, orgulloso de los suyos y siempre notaréis su amor. Un gran abrazo!
Gracias Cecilia, espero que además de orgulloso de los suyos, lo esté de él mismo… seguro que sí… 😉
Pero como no le vamos a querer!! si es el amigo que todos queremos tener!!!
Es verdad Javier, era muy amigo de sus amigos, muy sociable, le encantaba hablar con todo el mundo y tenía la habilidad de conseguir que todo el mundo se abriese ante él y le contara su vida… con razón decía que el psicólogo de la familia realmente era él…
Hola Lola, exactamente como lo has descrito, así era tu hermano, incansable a la hora de aportar ayuda a todo aquel que se cruzará en su camino, con una templanza, una serenidad, un saber estar, una educación y una elegancia que llenaba tu persona de paz solo con pasar por tu vida. Atributos que pude ver que provenían de su familia cuando os pude conocer en su despedida. Agradezco de corazón el gesto tan gentil de acoger a sus amistades en tan delicado e íntimo evento, pues fue muy importante del poder decir» hasta luego» a una persona tan importante y maravillosa en nuestras vidas. Espero que esa bondad que desprendía, esa luz y esa energía cegadora continúe a través de esas personas a las que salvó su vida, que hagan honor a su persona como realmente merece. Se fue haciendo lo de siempre, dándolo todo en silencio, tratando de restar importancia a sus maravillosos actos. Estás son las palabras que me hubiera gustado poder decir aquel día, pero el ahogo de haber perdido un gran amigo y excelente persona me impedía decir lo que sentía en esos momentos, lo que fue su persona para tod@s nostr@s. Mi manera de comprenderlo y encajarlo se reduce a que los Ángeles tienen que estar en el cielo, como un ángel de luz que fue, regresó a su lugar, donde estoy segura que nos seguirá guiando. Un fuerte abrazo.
Nuria, no tengo palabras… gracias, lo has expresado ¡tan bien! 😉
Hola Nuria. Me sumo a la despedida tan profunda y bien expresada que has hecho. Desde lejos siento dolor amor y congoja por su partida y por él. Agradezco que también dejara su mejor huella en mi ser. Lo extrañaremos hasta que espero nos encontremos nuevamente en una nueva etapa. Gracias por esas palabras. Gracias a ti Lola, su hermana, quien sé fehacientemente que lo has ayudado mucho en estos últimos años.
Nació un nuevo Ángel. Gracias Luis nuevamente. Te querré por siempre. Carolina
Gracias Carolina, entiendo que desde la distancia debe ser aún más difícil para ti… Mucho ánimo y lo dicho, nos quedamos con su cariño y mientras vivamos, le seguirá llegando el nuestro de alguna forma que estando aquí no alcanzamos a comprender. Un abrazo!