El Ocaso

He tenido la oportunidad de pasar unos días por los madriles, y quería compartir mis reflexiones. Han sido unos días tan maravillosos como difíciles.

Por una parte, he tenido la oportunidad de disfrutar del cariño de familia y amigos, de sentirles cerca y compartir ratos de risas, complicidad y apoyo mutuo. Muchísimas gracias a tod@s l@s querid@s que habéis podido sacar un ratito estos días para disfrutaros, lo agradecemos mucho porque sabemos que no siempre es fácil aparcar todo el resto de cosas que trae la vida… ¡Y sin embargo vosotros lo habéis hecho! Ha sido un gustazo y nos llevamos una sensación maravillosa, gracias por vuestro cariño. Por si esto fuera poco, he tenido la oportunidad de ver en directo el más que recomendable programa de Buenafuente: Late Motiv, que tan buenos momentos me aporta casi a diario, y que me está estimulando mucho para seguir introduciendo el humor como herramienta de desarrollo personal, ya os contaré cositas que se me han ocurrido “al respective”… 😉

Por otra parte – y es que la vida también tiene esta otra parte… – he tenido la experiencia de confrontarme con aspectos dolorosos de la vida: mi abuela tiene 95 años, es una persona maravillosa, a la que adoro. Siempre he tenido una relación muy especial y estrecha con ella. La he admirado mucho por su fortaleza y me he nutrido mucho de sus mimos, sus risas, su cariño y sus cuidados. Ha sido siempre una persona importante en mi vida y está presente en todos mis recuerdos cuando pienso en los mejores momentos y también en algunos de los peores que he vivido, en muchos casos brindándome un apoyo incondicional.

Yo siempre creí que cumplir cuantos más años mejor, era bueno; ahora que yo también voy cumpliendo años, no lo tengo tan claro. Observo que vivir dentro de un cuerpo de 95 años puede llegar a ser muy desgastante física y mentalmente. Al envejecer, además, pasamos mucho tiempo rodeados de otras personas que están igual o peor que nosotros, y las escenas con las que se convive y el ver cómo poco a poco van desapareciendo, debe de ser bastante difícil, más aún cuando eres una persona sensible, como es mi caso. Acompañar a una persona mayor, te confronta con la pérdida y también con tu propio proceso de envejecimiento, es como si la vida nos ofreciese la oportunidad de ir entrenándonos a través de las experiencias de otros… y eso hay que aprovecharlo.

20140915_215611

Así que como ya sabéis que siempre me gusta acabar compartiendo ideas que se me han ocurrido para poner en práctica, allá voy con:

  • Como ya he comentado en ocasiones anteriores, dado que lo único que nos llevamos al otro “barrio” es el cariño que hemos recibido, y lo único que nos queda de las personas desaparecidas, son también su cariño, en forma también de risas, creaciones, vivencias, etc. Pues lo único que se me ocurre es seguir insuflando dosis de cariño a la gente que queremos, mientras estén aquí. Favorecer celebraciones, cachondeos y buenos momentos varios, mientras el cuerpo aguante.
  • Disfrutar de la vida con la certeza de que tenemos fecha de caducidad. Encontrar un equilibrio entre cuidarnos un poquito y maltratar nuestro cuerpecito serrano… 😉 Comer sano, evitar algunos malos hábitos y hacer ejercicio, sí, pero sin obsesionarnos y pasarnos el día en el médico… dejando también espacio para darnos caprichos gastronómicos y otros excesos.
  • Si llego a abuela, trataré de cuidar mucho mi vista para seguir leyendo y escribiendo. Contactaré con algún jovencito voluntario para que me ayude con los avances tecnológicos. En la medida de mis posibilidades promoveré actividades dentro de la residencia: contactaré con asociaciones de animales para que nos visiten perros y gatos regularmente, organizaré encuentros con niños, charlas, reuniones para contar nuestras batallitas, monólogos de “yayos” ¡¿por qué no?!, asambleas para pedir mejoras en la residencia, intercambio de servicios entre abuelos – yo me habré ido especializando en coaching para abuelos -, juegos varios, excursiones, bailes,… para que cuando se acabe podamos decir “que nos quiten lo bailao”… 😉

Mientras esto llega, aprovecho para contarte que en Múnich, este sábado nos veremos en el taller “Me quedo o me vuelvo” y en noviembre, estaremos “Gestionando el tiempo y el estrés”. En este enlace puedes ver los detalles.

No dudes en compartir con otros a los que les pueda servir y con nosotros, tus reflexiones J ¡A por ello!

Publicado por Lola Hernández

Psicóloga y coach afincada en Múnich (Alemania). www.coachingenmunich.com. Más info en este enlace: https://coachingenmunich.com/about/

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: