Pensando en dos de mis grandes pasiones: el flamenco y el Coaching, descubro con sorpresa que llevo muchos años utilizando el flamenco como autocoaching.
El flamenco, saca de mi registros como el descaro, la creatividad y el exhibicionismo, que en otros ámbitos me cuesta sacar. Cuando me quiero mostrar muy abierta, utilizo mi «lado flamenco», y lo noto, para empezar en mi postura: cambia… automáticamente me coloco como si fuera a bailar: me pongo recta, me estiro, saco pecho, meto tripa…
Gema Arroita, mi profesora, se sentiría orgullosa de mi si me viera colocada. Ella supo sacar de mi cosas que yo no sabía que estaban ahí… gracias Gemita… Fueron muchas las clases en las que fluían las emociones, ahora tomo conciencia de que el flamenco me permite canalizar emociones como la rabia, el miedo y otras…; recuerdo a menudo sus palabras: «vaya día que has tenido hoy Lola…» (cuando zapateaba con especial intensidad) o «no sé qué te pasa hoy pero nunca te había visto tan bien colocada» (el amor…).
Para mi el flamenco, además de muchas otras cosas, es una palanca de cambio, es una herramienta de Coaching que me ayuda a crecer, es un recurso que me empodera. Además, tiene el beneficio colateral que tiene la danza: no es posible estar pensando en la postura, la coreografía, qué paso viene ahora… y al mismo tiempo preocuparte por la última película que se te haya pasado por la cabeza. No, o bailas, o te preocupas, pero las dos cosas a la vez, no son compatibles.
Cuando bailo sonrío y me río… Lourdes, una buena compañera de baile, me dice «no es que bailes de maravilla, pero eres graciosa bailando», y tiene razón…
Llevo muchos años bailando y no soy muy brillante, soy un poco desgarbada, todavía tengo problemas de coordinación y entre mis compis soy conocida por ir siempre al contrario que el resto… ¿Verdad Eva? Ella es la última profe que he tenido y… ¡cómo no me voy a reir yo estando Eva en las proximidades!
Cuando les conté que iba a dar clase a un grupo de maravillosas mujeres de la Asociación de Andaluces en Múnich, no daban crédito… ¿tú? Pues ya les puedes ir explicando que cuando dices derecha quieres decir izquierda… Y que no te sigan, que vayan siempre al contrario que tú, si quieren hacerlo bien.
Dejando a un margen los traumas de coordinación… lo más importante es que cuando bailo, disfruto, y eso se nota y se transmite, y eso es lo que percibe la gente que me vé y eso es lo que yo saco cuando quiero ponerme flamenca…
Ahora estamos montando una rumba del Arrebato y disfrutamos con su alegría contagiosa, riendo y canalizando emociones sin darnos cuenta. Mis nuevas compis se ríen y me miran con cierta timidez cuando les digo que bailen con chulería… Gema… esto también te sonará…
Y no puedo despedirme sin hacer una mención especial a la reina de la pasión, a la más flamenca, a Juani… Ella no necesitaba el flamenco para ponerse flamenca, salía ya flamenca de casa. Juani, desde donde estás, te siento cerca… Te quiero… GRACIAS
Lola Hernández García
Coaching y Desarrollo Personal
Licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid, Máster en Dirección de RRHH por la Escuela de Organización Industrial y Experta en Coaching Personal por la Universidad Camilo José Cela. Más de 15 años de experiencia profesional en Gestión, Formación y Desarrollo de Personas, desde puestos de dirección.
http://www.lolahernandezcoaching.wordpress.com
lolahernandez.coaching@gmail.com
(Si encuentras interesante este contenido, compártelo, pero por favor, no realices cambios e incluye los datos de la autora… ¡gracias!)
Que bonito artículo Lola.. se nota que te gusta el Flamenco por como hablas de ello.. y lo del autocoaching , me ha encantado.. Esa sería una de tus pasiones verdad?? Animo con tus andaluzas por el mundo.. y mucho Flamencoo .. A ver si un dia me enseñas unos pasitos.. Besos desde los Madriles compi..
Merche
Eso esta hecho compi, cuando quieras te enseño algo, que esto del flamenqueo es muy divertido y muy bonito.
Que no se me olvide apuntarme a la lista de Españoles por el Mundo, Madrileños por el mundo, Coaches – Flamencos por el mundo, y todo lo que se mueva por el mundo… ; >
¡¡Un besazo y hasta «ya mismito»!!