Sí, ya está aquí, ya llegó… creo que ya es primavera en El Corte Inglés (no lo sé con certeza, hasta aquí no llega su publicidad, a Dios gracias). Y con la primavera llega el «destape» y con el destape llega la «Operación Bikini» y con ella… mucho trabajo para nosotros, los Coaches, porque de repente, todo el mundo quiere perder peso… ¡Qué cosas!
Comentario aparte, qué aficionados somos en España a las «Operaciones», nosotros no nos damos cuenta pero nos pasamos el día de «Operación Salida», «Operación Llegada», «Operación Puente de San Isidro…» ¡todo el día operando!
Volviendo al tema, yo no tengo nada en contra de perder peso, pero creo que si abordamos este tema desde esta perspectiva, nos estamos quedando en la superficie del iceberg. Yo invito a aquellas personas que estén planteándose perder peso, que primero se contesten a algunas preguntas: ¿Por qué quiero perder peso? ¿Qué quiero conseguir perdiendo peso? ¿Es posible que quiera conseguir otra cosa?
Detrás del deseo de perder peso puede encontrarse el anhelo por cuidar mi imagen como parte de un proceso mayor de ocuparme mejor de mi mismo, de dedicarme más atención, de tratarme con el cariño que yo me merezco y que tal vez, no me he dedicado por algún tiempo.
Tras ese deseo, también puede haber un deseo de conseguir la aprobación o la admiración de los demás, la necesidad de demostrar algo a alguien, un nivel bajo de autoestima y/o una falta de autoaceptación.
En Crecer – Crecer, grupo de profesionales del Coaching al que tengo el honor de pertenecer, nos inspiramos en un eslogan de San Agustín: «Conocete, Acéptate, Superate», y creo que es importante seguir ese orden, primero respondernos preguntas para conocernos mejor, después aceptar nuestro presente, nuestra esencia y nuestro punto de partida, con mucho cariño, y después si queremos, claro que sí, ¡superarnos! Invertir el orden de los factores en el mejor de los casos, puede despistarnos, y en el peor, llevarnos a dificultades mayores.
Si decidimos mejorar nuestra imagen como parte de una decisión libre de cuidarnos más y mejor, entonces sí, podemos recorrerlo solos, pero un proceso de coaching puede hacer que ese camino sea más profundo, más eficaz y más divertido. El trabajo que realicemos durante ese recorrido, no solo nos permitirá alcanzar la META que definamos, sino que sedimentará en nuestro desarrollo personal e impregnará otras áreas de nuestra vida, ¡afortunadamente!
A través del proceso de Coaching:
1. Definiremos concretamente qué queremos conseguir, hacia qué META queremos enfocar nuestro rumbo.
2. Analizaremos nuestros recursos, las nuevas oportunidades que se presentan, los obstáculos con los que nos vamos a encontrar («¿te han puesto una tienda de bombones en la puerta de casa…»?) y los frenos que nosotros mismos tenemos para conseguir nuestra META.
3. Desarrollaremos y EJECUTAREMOS… un Plan de Acción para nuestro logro.
4. Haremos seguimiento y correcciones durante la aplicación del Plan de Acción.
5. … y conseguiremos nuestra META.
¡Y fin del proceso! Todo esto nos puede llevar aprox. 7 sesiones.
Y para terminar, comparto una última reflexión, una vez que habéis decidido hacer algo ¿a vosotros os pasa que no encontráis el momento para empezar? A mí sí…
Lola Hernández García
Coaching y Desarrollo Personal
Licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid, Máster en Dirección de RRHH por la Escuela de Organización Industrial y Experta en Coaching Personal por la Universidad Camilo José Cela. Más de 15 años de experiencia profesional en Gestión, Formación y Desarrollo de Personas, desde puestos de dirección. Miembro de Crecer – Crecer.
www.lolahernandezcoaching.wordpress.com
lolahernandez.coaching@gmail.com
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Jajajaja!!!! ¡¡has puesto el dedo en la llaga!!
¿en las llagas??
¿en las lorzas??
Un gran beso y hasta pronto. Tati
¿Sí? Jaaaaaajajajaja, pues ha sido sin pretenderlo… que yo solo quiero apoyar a la gente para que sus buenos propósitos no se queden en eso… y consigan ser más dueños de sus vidas.
Gracias Preciosa y hasta dentro de «ná».
Lolen