Siempre he tenido una cierta obsesión con aprovechar el tiempo, me parece que la vida es muy corta y es fácil que si no prestas atención el tiempo se te escape de las manos a gran velocidad.
Desde que soy emprendedora, esa obsesión se ha disparado y he sido aún más consciente de la necesidad de optimizar mi tiempo, porque como suelo comentar en mis talleres, nuestra vida es el resultado de lo que hacemos con el tiempo que tenemos, y esto es “muy fuerte”, piénsalo.
Cuando emprendes, ya no hay tiempo para perder el tiempo, cada minuto que dedicas a actividades que no son ni importantes ni urgentes, está repercutiendo directamente en negativo, en tu cuenta de resultados.
Necesitas un plan para definir el rumbo de tu estrategia empresarial: necesitas definir unos objetivos y un período de tiempo para alcanzarlos. Después, necesitarás establecer y poner en práctica unas acciones para conseguir esos objetivos, y claro, muy importante será que hagas una revisión periódica del cumplimiento del plan y del logro de tus objetivos. Obvio ¿no? Vale, pues aunque resulte obvio, con mucha frecuencia hacemos planes sí, pero tan poco realistas que el simple hecho de verlos nos paraliza, en vez de incitarnos a la acción. Con lo cual, con mucha frecuencia, se quedan ahí bien registrados en un archivo, que nunca más volvemos a abrir.
Yo te invito a definir objetivos estimulantes, a establecer acciones para conseguirlos que encajen en tu agenda, la de verdad, no la utópica, y por supuesto a cumplirlos. Te aconsejo que los revises periódicamente, y modifiques todo lo que sea necesario, que los tengas bien presentes, y que cuando no tengas muy claro si la actividad que estás a punto de realizar, te apoya o no en el logro de tus objetivos, te lo preguntes: ¿Esta llamada me acerca o me aleja de mis objetivos? ¿Esta visita está alineada con mis necesidades actuales o no? ¿Qué me puede reportar contestar a este correo ahora? Como una buena clienta mía decía, gestionar el tiempo, es gestionar prioridades.
Recuerda que con frecuencia, nos encontramos haciendo cosas que no tienen nada que ver con lo que hemos definido como importante, con nuestros objetivos, pero que “como son un momentito, lo hago ya y me lo quito de en medio…” ¿Cuántos “momentitos” sumados a cuantos otros “momentitos” suman cuánto tiempo perdido en cosas que no son importantes? Y lo que es peor ¿Cuánta energía pierdes en esos “momentitos”?
Aprovechar el tiempo también es descansar, cuidarse, disfrutar del ocio, recargar las pilas… Necesitamos todo eso para nuestro bienestar, lo que nos permitirá después ser más productivos y eficientes. A mí me ayuda mucho hacer breves descansos después de cada hora de trabajo, me ayuda a tomar contacto con mis necesidades primarias, y a recordar asuntos personales que también es importante resolver.
Si tienes dificultades para establecer objetivos, prioridades y qué es importante y qué no lo es, escríbeme a lolahernandez.coaching@gmail.com y te ofreceré un enfoque que te apoye.
¡Excelente entrada! Cuánta verdad. Qué importante es saber priorizar, y qué difícil a veces también. Pero no pasa nada, practicando se consigue hacer cada vez más rápido y mejor.
¡Y eso como Mamá en Múnich tú lo sabes muy bien! ¿Verdad? Gracias por tu aporte y por la esperanza, porque como tú bien dices, la práctica consigue auténticos «milagros».