Hasta hace no tanto tiempo… yo tenía dos: la personal y la profesional. Vivía todo el día estresada entre lo que me había planificado en lo profesional y lo que me “surgía” en lo personal. Era muy frecuente encontrarme con una agenda tan poco realista, que para un mismo día, podía encontrarme con actividades profesionales para llenar más de 8 horas… además de la necesidad de ir al banco (último día para presentar la declaración) comprar un regalo de cumpleaños para ese mismo día… y tener hora en el médico para recoger unos resultados… Además de la celebración de cumpleaños.
Llegaba al final del día agotada… Nunca tenía tiempo para nada… Tenía una percepción de autoeficacia nula porque nunca me daba tiempo de hacer “todo lo que yo me había programado… “. Enfermaba con frecuencia… Y tenía “incomprensibles” accesos de ira… Porque además todo el mundo esperaba a mi alrededor que yo me ocupase de más cosas, a las que por supuesto yo no llegaba…
¿Te suena esto? Ya son tantos casos similares los que me he encontrado, que estoy en condiciones de sospechar fundadamente que sí… que te suena un poquito.
¿Tú cuantas personas eres? ¿Cuántas vidas tienes? Entonces… ¿Por qué te programas actividades para jornadas de 24 h x 2… cuando el día solo tiene 24 h y tú eres solo un ser humano… ¿? ¿Es posible que te estés exigiendo demasiado? ¿Por qué te tratas tan malamente?
En el periodo de transición que pasé, tuve dos agendas pero empecé a hacer que al menos… estas dos agendas se comunicaran… No obtuve grandes resultados y en la fase actual, tengo UNA SOLA AGENDA.
Porque sí, ocurre, que una se planifica el día o la semana, y de repente, la vida le pone delante una gripe, un nuevo proyecto, una rueda pinchada o un niño enfermo, y tú no lo habías planificado, pero está ahí… El estrés aparece cuando a todas las cuestiones programadas, tratamos de añadir como sea Y CAIGA QUIEN CAIGA (los que solemos caer somos nosotros) el resto de imprevistos no planificados, sin renunciar a nada (o a costa de nuestra salud).
Hay muchas técnicas de gestión del tiempo que nos pueden ayudar a aprender a discriminar lo que es importante de lo que no lo es y con ello, a establecer prioridades, pero necesitamos aceptar que somos seres limitados y que nuestro día también es limitado… por tanto, ¿Qué tal empezar a ser un poco más realistas y flexibles? ¿Qué tal empezar a dejar huecos para cubrir algún imprevisto? ¿Qué tal aceptar que el número de cosas que podemos hacer sin enfermar es limitado? ¿Qué tal empezar a dejar de correr? ¿Y pararnos de vez en cuando simplemente a respirar? ¿¡¡A que suena bien!!? ¡Ah! Y no te olvides de delegar… ya te estoy escuchando… ¿Que no tienes en quién delegar?…. Estás segur@? ¡!