Hoy quiero compartir una herramienta para la convivencia, inspirada en el juego TABÚ que, algunos recordaréis, consistía en describir algo evitando mencionar determinadas palabras.
Pues bien, si os fijáis, en nuestra convivencia diaria, a veces sucede que estamos pasando por una época compleja en la que se nos juntan muchas cosas, por ejemplo, en la actualidad, es fácil que estemos lidiando con problemas derivados de la pandemia, dificultades profesionales, situaciones familiares complicadas, de salud, etc. Si no ponemos atención, es muy posible que sin darnos cuenta, nos encontremos dedicando una buena parte de nuestras energías y pensamientos a estas situaciones, y que las traslademos a nuestros momentos de convivencia. El riesgo que corremos, es quedarnos instalados en la costumbre de hablar de problemas y eso, lógicamente, afectará a nuestras relaciones de convivencia.
Por eso, hoy propongo jugar a un Tabú especial, eligiendo momentos como el desayuno, la cena, el paseo… para ello. La idea es que empecemos diciéndonos: ¿jugamos al Tabú durante este rato? Eso significa que sólo vamos a hablar de temas neutros o positivos, dejando fuera de la conversación cualquier preocupación o situación que genere emociones de tristeza, miedo o enfado. Así podemos hablar del tiempo, de recuerdos positivos, de planes bonitos, de algo divertido, decirnos algún piropo, de lo rica que está la comida, de la belleza del paisaje, de temas agradables relacionados con la familia, los amigos, el trabajo… y si no se nos ocurre nada especial que decir, mirarnos a los ojos y sonreír, simplemente; aunque no lo creáis, podemos pasar un rato agradable también sin hablar… esto los alemanes lo saben mejor que nosotros, los hispanos… ;D
¿Quiero decir con esto que está prohibido hablar de esas otras situaciones que nos generan, tristeza, miedo, etc.? No, está muy bien que creemos espacios para hablar de ellas, pero no durante el rato que estamos jugando al Tabú.
La experiencia me dice que una de las grandes ventajas que tiene este juego, es que empezamos a salir del “piloto automático” y empezamos a hacer algo revolucionario: PENSAR ANTES DE HABLAR… y eso, es muy buenísimo, creedme… 😉 Entre otras cosas, con ello, pasaremos a centrar nuestra atención en aspectos positivos, que impregnarán la relación que tenemos con nosotros mismos y, naturalmente, también con los demás.
Pues ala, ala, aaaaaaaaaaaa jugaaaaaaaaaaaar, y si os ha gustado, no dudéis en compartir. Nos vemos por cierto este sábado los que queráis trabajar con herramientas de comunicación ASERTIVA. Todavía queda alguna plaza… yo ahí lo dejo.