¡Hola! Hoy vamos a trabajar con una herramienta que me tiene entusiasmada. Consiste en transformar pensamientos negativos, de esos que nos hacen sentir tristes, enfadad@s y/o preocupad@s, en pensamientos positivos y potenciadores – los que incrementan nuestro bienestar -, a través del HUMOR.
Vamos a verlo con un ejemplo: imagínate que estas cenando con tu pareja y esta te está hablando de su trabajo, lleva ya un rato, largo… tú estás cansad@ después de un día espeso y te empiezas a impacientar. Al darte cuenta de cómo te estás SINTIENDO, te pones las GAFAS CONSCIENTES para ver qué pensamientos están circulando por tu cabecita, y te pescas diciéndote cosas como: “uff, vaya chapa… qué ganas tiene de hablar hoy, cómo me duele el cuello, yo que tenía ganas de cenar con la mirada perdida, y además no me ha preguntado por mi día, qué egocéntric@, la tortilla se ha quedado seca, a ver si terminamos pronto y me voy al sofá…”. Si te fijas, hay una correspondencia bastante clara entre esos pensamientos y la impaciencia que sientes… ¿cierto?
Photo by Pixabay on Pexels.com
TE DAS CUENTA y decides transformar tus pensamientos para sentirte mejor. ¿Cómo? La experiencia me dice que el HUMOR es un pedazo de recurso para neutralizar los malos rollos mentales, así que te propongo utilizar la herramienta Transfórmalo con HUMOR en 3 pasos:
- Primero rescatamos la valiosa CREENCIA de Rafael Santandreu sobre la necesititis. Para ello, nos podemos apoyar en el MANTRA: Me gustaría…. X, pero no lo necesito. En el ejemplo: “me encantaría que mi pareja se diera cuenta de que no me apetece hablar, pero no es necesario”.
- Segundo, añadimos argumentos divertidos EXAGERANDO la situación, para que nos haga gracia a nosotr@s. En el ejemplo: “vale Lola… sería realmente maravilloso que este hombrecito que tengo sentado aquí en frente fuera capaz de leerte el pensamiento, observar tu cara de “chato, te quiero mucho, de verdad, pero no me interesa demasiado el rollo que me estás contando hoy”, pero es poco probable y no lo necesito, además, oye, el chico también tiene derecho a ponerse al menos tan egocéntrico como me estoy poniendo yo al ESPERAR que las cosas sean como hoy me apetecen a mi…”
- Tercero, vuelvo a repetirme el contraargumento añadiendo un TONO DIVERTIDO, por ejemplo, hablando con acento andaluz, gitano (me encanta), o interpretando mentalmente a algún personaje que nos haga gracia, por ejemplo, Raúl Cimas o Silvia Abril… ¿cómo lo dirían ellos?
Es importante aclarar, que todo esto ha de suceder SOLO en tu pensamiento… 😉 A continuación, claro que sí, puedes decidir tomar acción expresando por ejemplo alguna alternativa de forma ASERTIVA (“cariño, ¿te parece si me lo terminas de contar en el sofá y así estiro un poco la espalda?”: ganar ganar…) o completando el razonamiento con más pensamientos positivos (¡qué bien que valore mi opinión y me cuente sus cosas!)
¿Quieres probarlo? Te invito a ello y como siempre… no dejes de compartir tus hallazgos… seguro que tú también inspiras a otr@s que estén igualmente necesitados de practicar con su humor. ¡Hasta la vista!