Contacto Afectivo

 

No estoy descubriendo América cuando digo que las personas necesitamos contacto afectivo, somos seres sociales y nos enriquece mucho el trato con nuestros semejantes: compartimos muchos buenos momentos y también,  es cierto, otros que no lo son tanto.

Cuando por alguna circunstancia vivimos alejados de nuestros seres queridos, como es el caso de los que vivimos en otro país, experimentamos un período de adaptación, tanto nosotros como aquellos que se quedan (ya escribí sobre este tema en un post anterior); durante ese período, es fácil que se nos tambaleen un poco los cimientos.

Experimentamos que con el tiempo, va escaseando el contacto con los “de allí”, y en ocasiones, el contacto con los “de aquí” necesita tiempo para consolidarse. “De repente” nuestra vida ha cambiado, ya no vamos a los sitios a los que solíamos ir, ya no vemos a la gente a la que solíamos ver y ya no hacemos las cosas que solíamos hacer… Estamos empezando a ir a sitios diferentes, a ver a gente diferente y a hacer cosas diferentes, pero esa nueva etapa todavía no está consolidada. “Como comentaba una clienta esta semana, hay un momento en el que no sabes dónde estás”.

En estas circunstancias es frecuente que nos sintamos tristes, nuestra vida en este momento no es tan divertida como solía ser y el horizonte todavía es incierto en muchos aspectos.

Ante esta situación, comparto algunas ideas y actividades que comentaba precisamente ayer con mi buena amiga Graciela y que podemos poner en práctica:

–          En primer lugar, echando un vistazo al post de la semana pasada, nos ayudará tener presente que estamos experimentando un cambio, y que por tanto, aunque ahora la situación sea menos favorable, con el tiempo el resultado será mejor que la situación que teníamos antes del cambio: tendremos más nuevos afectos aquí, habremos consolidado el cariño de al menos una parte de nuestros seres queridos de allí, habremos aprendido un nuevo idioma, habremos tenido nuevas experiencias personales y profesionales… y todo eso se traducirá en un crecimiento personal, que de otra forma no habríamos experimentado.

–          Recuerda el ciclo de dar y recibir; si quieres recibir algo, la mejor forma es darlo; ¿Tal vez has descuidado un poquito a los de allí? No te recrimines… es lógico… ¿Y qué tal interesarte un poco por ellos?

–          Otra maravillosa enseñanza que nos trae esta experiencia: todo está dentro de ti, recuérdalo, búscalo ahí primero, para que después puedas dar y disfrutar del afecto de los demás, desde la plenitud, no desde la carencia y la dependencia.

Y sigamos aprendiendo de cada paso que damos… ¡Gracias!

 

Publicado por Lola Hernández

Psicóloga y coach afincada en Múnich (Alemania). www.coachingenmunich.com. Más info en este enlace: https://coachingenmunich.com/about/

2 comentarios sobre “Contacto Afectivo

  1. En mi experiencia como expatriado, lo que dices es completamente cierto y a mi modo de ver, es recolocar donde apunta el foco y es fundamental. Tener presente el paraqué que nos llevó allí y prestar atención a aquello que nos gusta y nos conviene es clave. Los mostruos se hacen mas fuertes cuanto mas luchas contra ellos, lo mejor es no darles energía dejándolos estar pero no prestándoles atención.
    … y por cierto, no olvidarnos de agradecernos de forma que el cuerpo experimente ese agradecimiento (un bombom, un masaje, una cena especial, un paseo a caballo, una copa de ese licor que reservamos para esos días, etc.)… está bien tener en cuenta que la mente no solo aprende desde las palabras, sino también desde lo que vemos y sentimos.
    Gracias por tu entrada y un abrazo!

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