Muy buenas,
Hoy empiezo con esta pregunta y me respondo yo también primero: casi siempre me ocupo, pero mientras me ocupo, por el camino, todavía me preocupo más de lo que yo quisiera…
No es un trabalenguas, no sé si a ti te pasa. Por ejemplo: tienes unos pequeños problemas de salud, te haces unos análisis de sangre, y mientras llegan los resultados piensas… ¿Y SI tengo algo malo? ¿Y SI el final de mis días está cerca? ¿A LO MEJOR NO TENÍA QUE haber esperado tanto…? ¿Y SI es contagioso…?
Otro ejemplo: haces una entrevista de trabajo para un puesto que te encanta, y mientras esperas a ver si te llaman o no… piensas: ¿Y SI NO me llaman? ¿Y SI en vez de hablar de esta experiencia profesional hubiera hablado de esta otra? ¿Y SI piensan que no sirvo para el puesto? ¿Y SI…?
Y a continuación, dedicas mucho tiempo, no solo a pensar en estas cosas, sino también a contarle A TODO EL MUNDO lo preocupad@ que estás por todo lo que te pasa y por TODO LO QUE TE PUEDE PASAR… Buena parte de la conversación se centra en tus preocupaciones Y YA… si de tus preocupaciones pasas a las preocupaciones de el de al lado, ya no te digo nada… ¡Qué viva la Pepa! Luego no te sorprendas si estás deprimid@…
Si tú también te preocupas más de lo que quisieras, te invito a contestarte a estas otras preguntas: ¿Cómo te sientes cuando te preocupas? Yo mal, cansada, sin energía, de mala leche, desanimada, con la cabeza pesada, se me cambia la cara… ¿Aporta algo bueno esta preocupación? No, no solo no aporta nada bueno sino que aumenta exponencialmente las posibilidades de que la situación se complique y no vea soluciones que pueden estar ahí a mi disposición, pero como yo estoy tan ocupada preocupándome, no dejo sitio para ver nada más…
¿Qué puedes hacer entonces? ¿Qué sería más práctico? ¿Qué podría aumentar las posibilidades de solucionar el problema?:
– Dedicar un espacio de tiempo limitado a repasar la situación, ver si ya he hecho todo lo que podía hacer (en caso negativo, hacerlo) y a continuación…
– … pensar en OTRA COSA, sí… DISTRAERME con cualquier otra actividad.
– Hablar con alguien de cualquier cosa, tratando de llevar la conversación hacia temas entretenidos, divertidos y esperanzadores, y por supuesto, poniendo en práctica lo más posible el sentido del humor…
– Relajarme, con un buen paseo por ejemplo, o bailarme unas sevillanas.
– Planificar alguna actividad que me guste para compensar la energía que he perdido preocupándome.
– Aprender de la experiencia: ¿Qué voy a hacer la próxima vez que me pase esto? Hacerme los análisis antes o repasar bien mi CV antes de la entrevista.
¿Y tú qué vas a hacer la próxima vez que te “pesques” preocupándote? Si te atascas con el tema, llámame. ¡Gracias!
Hermanita, gracias. ¡que gusto leerte! No sabes bien lo que ayudas, en serio. Me encanta. Gracias. gracias. gracias. ¡Es tan importante saber separar ambas cosas para realmente ayudar y ayudarte!
Tati
Gracias Preciosa, me alegro si te sirve; con frecuencia hemos aprendido patrones de pensamiento y comportamiento que no nos apoyan nada… pero nada de nada y tomar conciencia de esto es el primer paso para empezar a hacer algo diferente. Nuestras emociones son las que nos avisan, solo tenemos que pararnos a escucharlas un poco… Un besazo Reina!