Cuando empezamos de cero con algún proyecto personal o profesional – hacer amigos en un nuevo país o emprender, por ejemplo – , nos conviene tener presente que durante un período de tiempo más o menos variable, vamos a estar sembrando. Es una etapa desafiante porque muchas veces, las circunstancias hacen que el recorrido sea bastante solitario y cuando llega el momento de empezar a interactuar con otras personas, a llamar a otras “puertas” reales o virtuales, con frecuencia nos dan con ellas en las narices y, como comentaba en un post anterior, los “noes” abundan frente a los “síes”. Además no tenemos ninguna garantía de éxito, no sabemos si va a salir bien, si vamos a conseguir lo que nos hemos propuesto, si hay luz al final del túnel, o vamos a tener que recomponernos y volver a empezar. En esa etapa, la gente te mira a veces con un poco de lástima, no entienden muy bien qué estás haciendo y que aspires a ganarte la vida o a hacer amigos de esa forma, con lo cual un@ puede llegar a sentirse en algunos momentos (afortunadamente pasajeros…) como un minúsculo y piltrafilla “granito de arena” en el desierto.
Cuando mis clientes se encuentran en esta fase, en ocasiones les propongo herramientas como la visualización, les pido que imaginen cómo se van a sentir cuando lo consigan, qué cosas van a suceder, qué cosas van a cambiar, cómo va a ser su vida, quién va a estar en ella… Me encanta ver sus caras cuando hacen este sencillo ejercicio.
Es posible que no lo consigamos en el primer intento, o sí; es posible que tengamos que volver a empezar, pero si perseveramos, nos visualizamos en ese escenario y cambiamos la estrategia si lo necesitamos cuando llega el momento de pasar a la ACCIÓN, en algún momento nos encontraremos recogiendo frutos en forma de nuevos clientes que empiezan a llegar a ti recomendados por otros, nuevos y apasionantes proyectos, y nuevos amigos con los que disfrutar de una buena y auténtica conversación, de SER a SER, desde lo más profundo de nuestro interior, de esas que te dejan un regustito bueno y ganas de más.
Si miras hacia atrás, esos clientes, esos proyectos y esos amigos, no estaban, tú con tu perseverancia, visualización y acción, lo has hecho posible. ¡Enhorabuena! Y no te olvides de recoger los frutos y disfrutarlos. Si quieres saber cómo te podría apoyar en las primeras etapas de ese camino, escríbeme a lolahernandez.coaching@gmail.com
Post relacionados:
Un comentario en “Recoge los frutos”