Hace tiempo que me estoy interesando por las aplicaciones prácticas para la psicología de las enseñanzas del budismo tibetano y no paro de descubrir alegrías. Ya sabéis que todo lo que comparto en redes primero lo he comprobado en mí misma y estas enseñanzas son muy sencillas y tienen una aplicación tan intuitiva como eficaz. Hoy voy a compartir con vosotros dos de estas enseñanzas.
La primera, está relacionada con un concepto que ya hemos trabajado en ocasiones anteriores: la aceptación, y en palabras del gran Germán González Andrés, se podría resumir en la siguiente frase: “lo que es, es”, y si lo comprendemos, lo abrazamos y lo aceptamos, vamos a perder mucha menos energía y vamos a tener mucha más paz interior, que, si lo rechazamos, lo negamos, lo ocultamos, luchamos contra ello… etc.
Desde niños, por diferentes razones, la mayoría hemos aprendido a juzgar las cosas que suceden: hay cosas “buenas”, por ejemplo, que mi equipo gane un partido, y hay cosas “malas”, como, por ejemplo, que me despidan en el trabajo. ¿Qué hacemos según este esquema de juicios?: Apegarnos a las cosas buenas, perseguirlas como posesos y rechazar las malas, evitarlas. Si lo pensamos, en la vida, seguramente por alguna buena razón, va a suceder lo que tenga que pasar. En el momento en que yo dejo de juzgar lo que sucede como bueno o malo, y simplemente lo acepto como un hecho neutro y necesario, empiezo a conservar mi energía, mi paz interior y a aligerar la carga emocional que resulta de esos juicios – interpretaciones aprendidas. ¿Quieres probarlo? La próxima vez que gane tu equipo, puedes decirte algo como: me alegro por ellos, pero, aunque hubiesen perdido, yo me sentiría igual de bien, realmente no cambiaría nada en mi interior. Y si me despiden en el trabajo, igualmente me puedo hablar de otra forma: bueno, esto ha sido inesperado, pero creo que todo sucede por algo y es posible que de esta experiencia salgan cosas positivas, ¡vamos a ver!

La otra herramienta que os quiero comentar tiene que ver con la compasión y me gustaría que comprobásemos sus efectos con un ejercicio (puedes hacerlo conmigo en mi canal de YouTube). En primer lugar, trae a tu mente, a una persona con la que estés en conflicto y contacta con las emociones negativas que sientes al recordar lo que ha pasado. Por ejemplo: siente la rabia, el rencor, el rechazo, cómo se frunce tu entrecejo… Después toma conciencia del resultado de esta experiencia, ¿cómo te sientes físicamente? ¿y mentalmente? Es muy posible que te sientas en tensión y que tu ánimo haya quedado algo taciturno.
Ahora vamos a hacer el ejercicio inverso. Cuando pienses en esa persona (y si no puedes todavía con esta persona, prueba a hacerlo con algún ser querido) activa tu compasión (el deseo de aliviar y prevenir el sufrimiento) y mentalmente, envíale mensajes, como, por ejemplo: que estés bien, que seas feliz, que haya paz en tu corazón, que no falte amor, humor y salud en tu vida. Mientras haces estos ejercicios, es importante que te concentres en esa persona, para lo cual, te puede ayudar cerrar los ojos, respirar profundamente y poner las manos en el vientre, o en el pecho. Y ahora te pregunto… ¿cómo te sientes después de hacer esta segunda parte? Seguramente en paz, respiras profundamente, una leve sonrisa ha quedado dibujada en tu rostro y tu ánimo es muy constructivo.
Con este ejercicio, hemos podido comprobar cómo las emociones, sentimientos y sensaciones que transmitimos a otros, también nos llegan a nosotros… así que, si estamos diseñados para tratarnos con compasión… ¡¡¿¿qué tal aprovecharlo??!!
No dejes de contarme cómo te ha ido con el ejercicio y aprovecho para daros las gracias a todos los que habéis participado en el taller que hicimos el sábado pasado, sobre Regulación emocional, y contaros que en abril, nos veremos de nuevo, en Múnich, en el taller de Psicología Positiva, ¡ah! Y todavía tenemos 2 plazas libres en el Grupo mensual, por si quieres aprovechar, ya sabes que es híbrido: en Múnich y online.
Me ha encantado, muy bien explicado y muy fácil de hacer.
Creo que en estos tiempos que vivimos necesitamos ejercicios como estos, y ponernos en marcha y aplicar lo que dices…eres muy crack
Besos🥰
Qué bien! Me alegro mucho Maria Jesús… Para mí también es importante que los ejercicios sean sencillos de aplicar y sirvan para algo. Para complicada, ya tenemos la vida… jajaja. Un besazo de vuelta!