Hoy voy a volver sobre un tema que me parece importante por ser algo que utilizamos constantemente, y que, por tanto, puede ser una poderosa herramienta para influir en sentido positivo o todo lo contrario, tanto sobre nosotros mismos, como sobre los demás… ¡ahí es nada! Me refiero al lenguaje.
Como hacemos continuamente en todos los ámbitos, nos hemos acostumbrado a hacer un uso no consciente del lenguaje: hablamos sin pensar primero, decimos cosas que no queremos decir, herimos y nos herimos con las palabras… y luego, nos sentimos muy sorprendidos al ver la cara de asombro de las personas a las que nos dirigimos, y viceversa, nos parece increíble que se dirijan a nosotros en según qué términos.
Es importante que seamos conscientes de cómo podemos cuidar y potenciar nuestras relaciones, generar emociones positivas, inspirar a otros, motivarnos a pasar a la acción, etc. o todo lo contrario…simplemente con las palabras.

¿Cómo podemos hacer un uso consciente y positivo del lenguaje? A continuación, comparto algunas ideas:
- Pensando antes de hablar… y para ello, nos puede ayudar la respiración consciente. Párate a hacer al menos una (idealmente tres) respiración profunda, diafragmática, primero.
- Como decía Thich Nhat Hanh, necesitamos “editar” nuestras palabras antes de que salgan por nuestra boca. Por ejemplo, en vez de decir: “eres un desastre”, podemos decir “creo que se te ha olvidado hacer x”.
- Evitar utilizar términos absolutos como: siempre, nunca, todo, jamás, sólo…
- Evitar juzgar y utilizar adjetivos descalificativos. Por ejemplo, en vez de decir “eres una egoísta, sólo piensas en ti”, podemos decir “cuando no has pasado a recogerme, como habías dicho, me he sentido triste”.
- Fomentar el uso de palabras que nos evoquen emociones positivas como, por ejemplo: amor, generosidad, agradecimiento, gracias, abundancia, fortuna, compasión, bondad, equipo, confianza, construir, inspirar, soñar, crear, ayudar, contribuir, aportar, cariño, paz, bienestar, belleza, naturaleza, amanecer, mar, río, solidaridad, lago, comprensión, energía, nube, amabilidad, cielo, respirar, meditar, movimiento, jugar, arte, bailar, cantar, alegría, felicidad, verdad, esperanza, serenidad, salud, sano… A lo mejor, periódicamente podemos elegir tres palabras y utilizarlas conscientemente con frecuencia.
- Prestar atención también al tono que utilizamos cuando nos comunicamos, tratar de ser afectuosos y amables, o al menos, neutros.
- Escuchar con presencia plena: escucha activa.
- Observar antes de hablar.
¡Ah! Y recuerda que en enero hemos empezado un nuevo semestre de Encuentros de DESARROLLO PERSONAL y este mes estaremos en Múnich con en el taller de PSICOLOGÍA POSITIVA: APRENDIENDO DE LAS PERSONAS FELICES. ¡Contacta!