La semana pasada hablaba sobre uno de los motivos de consulta que con más frecuencia me encuentro entre los clientes que quieren hacer un proceso de coaching: el deseo de hacer tangible algún nuevo logro profesional. Esta semana voy a hablar del otro motivo que con más frecuencia me encuentro entre los aspectos a trabajar por parte de mis clientes: la autoestima. Es curioso comprobar que con frecuencia uno de los dos aspectos se trabaja indirectamente en el proceso junto con el otro, pues parece que existe una correlación entre ambos: una buena autoestima nos capacita para materializar logros profesionales y estos a su vez suelen ser fruto de una autoestima sana.
Como me gusta ir al grano en los post, hoy me voy a centrar en una herramienta muy sencilla que tiene que ver con la autoestima en general, y con la asertividad en particular. En el blog he escrito ya más veces sobre esta interesantísima habilidad que nos permite expresarnos de forma adecuada y respetuosa, sin inhibir nuestras opiniones o emociones y al mismo tiempo, sin recurrir a patrones agresivos de expresión verbal. Esta herramienta la propone Talane Miedaner en su libro “Coaching para el éxito” y desde mi punto de vista es muy buena para poner límites, algo que necesitamos hacer especialmente cuando por los motivos que sean sentimos que nuestra autoestima está un poco necesitada de atención y cuidados. Miedaner propone 4 sencillos pasos para frenar un comportamiento que consideremos inadecuado por parte de alguien. Por ejemplo, imagínate que alguien está levantando la voz:
– El primer paso sería INFORMAR: En nuestro ejemplo: ¿te das cuenta de que estás levantando la voz?
A veces con informar es suficiente… si no lo es:
– El segundo paso es PEDIR: Ej.: Por favor, deja de levantar la voz.
Si no es suficiente tampoco:
– El tercero es INSISTIR: Ej.: Insisto – ya sin favor… – deja de levantar la voz (de forma clara y neutra, sin emoción)
– El cuarto… consiste en IRSE: Ej.: Ok, no voy a continuar esta conversación mientras sigas levantando la voz. Me voy (y me voy…)
Miedaner comenta con mucho acierto que normalmente pasamos del punto “0”, de no decir nada, al 3º o al 4º, sin dar la oportunidad de rectificar a la otra persona.
Una vez más te invito a practicar… ya sabes que es la única forma de cambiar algo, solo leer… no sirve. Si quieres comentar algún otro ejemplo, por favor no dudes en hacerlo de forma privada en lolahernandez.coaching@gmail.com o de forma pública en el propio post. ¡Gracias por tus aportaciones!
Hola Lola!
Muy buena forma de mostrar lo opuesto a lo que normalmente mal hacemos, me imagino una situacion de discusion como una olla a presion encima de una hornalla al maximo, con tu sistema le vamos abriendo de a poco la tapa y si por el contrario nos salteamos los pasos intermedios es como que nos mantuvieramos sentaramos encima de la tapa!
Vaya diferencia!
Gracias por ayudar siempre con propuestas practicas.
Beso!!
Gracias a tí Mabel por expresarlo con una metáfora tan adecuada. Un besazo!