Una reunión que se tuerce, el niño que se pone malo, abres la nevera y no hay nada para hacer la cena, con lo cual, corre al supermercado antes de que cierre… Cosas así nos ocurren a tod@s casi a diario. Son contrariedades, dificultades o sucesos que nos complican un poco la vida y pueden hacer que nos pongamos serios, nos estresemos o nos enfademos.
No siempre se puede evitar que una reunión se tuerza, que un niño enferme o que se acaben los productos frescos de la nevera, pero lo que sí podemos hacer es contraatacar activamente para no quedarnos anclados en un gesto serio, estresado o enfadado, más tiempo del estrictamente necesario.
¿Se te ocurre alguna idea para iniciar ese contraataque efectivo? A mí un montón y, entre ellas, hoy quiero hacer nuevamente énfasis en la risa y el humor como recurso a nuestra disposición para ser utilizado e incentivado. Vamos a recuperar esa sensación ¿cómo te sientes cuando te ríes? ¿Qué le pasa a tu cuerpo cuando lo haces? ¿Y a tu mente? La risa nos relaja, mejora la actividad de nuestros sistemas respiratorio y circulatorio, fortalece nuestro sistema inmunitario y ayuda a regularse al sistema endocrino. Por si esto fuera poco, activa emociones positivas, nos ayuda a ver las cosas con otra perspectiva y a desdramatizar, a renovarnos de energía, además de a regenerar y retroalimentar nuestro lado divertido y por tanto, a que cambie ese gesto serio o estresado, transformándose en otro mucho más simpático.
Te animo por tanto a investigar qué es lo que te hace gracia ver o leer, con qué cosas disfrutas, con quién te ríes más y que a continuación planifiques activamente actividades para reír, exactamente igual que lo haces con las “obligaciones familiares y profesionales”, de manera que a diario reserves al menos un rato para el humor y te entrenes poco a poco en volver a ver el lado divertido de la vida; y digo “volver a ver”, porque cuando éramos niños lo hacíamos constantemente… lo traíamos ya programado de serie “en el disco duro” y ahora simplemente vamos a recuperar una habilidad que ya tenemos por tanto en nuestra caja de herramientas.
En mi caso, no hay nada que me haga más gracia que los programas de Andreu Buenafuente y Berto Romero, igual que sé que una conversación con mi hermano David encierra unas cuantas carcajadas aseguradas, o que los comics de Mafalda y Maitena, las aventuras de Bridget Jones y las obras de Eduardo de Mendoza o David Trueba, siempre me aportan muy buenos y cómicos ratos, además de la Serie Olmos y Robles, por citar solo algunos ejemplos.
¿Qué te parece? ¿Te animas a reír más? Pues una buena forma de hacerlo es compartir risas así que no dejes de estimular a otros tú también a poner en práctica sus habilidades humorísticas 😉