Comunicaciones difíciles

Hoy vamos a trabajar con un tema que todos nos encontramos en mayor o menor medida: las comunicaciones difíciles. Quien más quien menos, tiene en su entorno, personal o profesional, personas con las que le resulta difícil comunicarse. En los últimos años, se habla mucho de personas tóxicas. Es un término que no me gusta mucho, pero por ser conocido, lo podemos utilizar también aquí.

Desde mi punto de vista, habría que distinguir entre personas tóxicas, comportamientos tóxicos y dinámicas tóxicas. Nadie se comporta siempre, las 24 horas del día, en todas sus interacciones, como una persona tóxica, por tanto, más que de personas, yo hablaría de comportamientos tóxicos. En este último caso, creo que todos nos podemos sentir identificados, en un momento dado, bien por las circunstancias, bien por estar en una situación de sufrimiento o por una simple cuestión de falta de habilidades de comunicación.

Otra cosa distinta son las dinámicas tóxicas. Las relaciones que se establecen entre las personas son algo muy complejo, sujeto a muchos factores, algunos de ellos inconscientes, que pueden determinar que en una relación se acabe desarrollando una dinámica tóxica, poco constructiva, en la que se den agresiones o inhibiciones de algún tipo y en la que, por tanto, no quede una sombra de asertividad.

Tanto en el caso de los comportamientos como de las dinámicas tóxicas, es posible que tengamos que poner límites y si la situación escala y no hay una base de respeto sobre la que recuperar o construir una comunicación asertiva, tal vez no nos acabe quedando más remedio que alejarnos de la persona en cuestión y mantener esta distancia hasta que no se den esos mínimos.

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Hasta llegar a este “extremo”, son muchas las cosas que podemos hacer para gestionar la situación y sobrellevar la frustración que podemos sentir:

  • Poner más consciencia en nuestras emociones y pensamientos, para evitar reacciones automáticas indeseadas y promover, en cambio, expresiones de comunicación asertiva. Por ejemplo: podemos hacer una petición asertiva o poner límites transmitiendo que “así no” nos vamos a comunicar.
  • Cuando anticipemos que nos vamos a enfrentar a una situación potencialmente tóxica, podemos prepararnos (por ejemplo, con unas respiraciones profundas o apoyándonos en pensamientos potenciadores), cuidarnos activamente y practicar la bendita ACEPTACIÓN de todo aquello que no depende de nosotros… =)
  • Este tipo de situaciones, constituyen una buena oportunidad para evitar dramatizar, y muy al contrario, sacar nuestro humor, nuestro amor y nuestra compasión a pasear.
  • Entender que las reacciones de los demás normalmente no tienen nada que ver con nosotros, no son nada personal, simplemente, nosotros pasábamos por ahí y les hemos hecho de espejo.

Por tanto, como ya he comentado en otras ocasiones, vamos a tratar de aprovechar estas situaciones como plataformas de crecimiento personal, al menos, para nosotros mismos, y si al otro le sirve para tomar conciencia de algo, pues mira, miel sobre hojuelas. Si, de lo contrario, la cosa se complica, alejarnos, es una opción para evitar situaciones que no benefician a nadie.

¿Te ha gustado este texto? ¿Alguien de tu entorno al que le vendría bien leerlo? Recuerda que todo lo que encuentras en el blog y en las noticias mensuales está SIEMPRE disponible para todo aquel al que le pueda servir. Y por cierto… en febrero, estaremos online en el taller: Regulando tus emociones. Aquí encuentras todos los detalles: Talleres 2022

Publicado por Lola Hernández

Psicóloga y coach afincada en Múnich (Alemania). www.coachingenmunich.com. Más info en este enlace: https://coachingenmunich.com/about/

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