Hace tiempo que mis “planetas se alinean” en la dirección de apoyar el desarrollo de la mujer, la igualdad entre los géneros y la erradicación de la violencia contra las mujeres. En concreto, últimamente, he leído mucho sobre las cosas que hacemos las mujeres vs las que podríamos hacer para influir en este cambio, además de invitar a nuestros compañeros de viaje, los hombres, para que hagan lo que ellos pueden hacer.
Por eso hoy escribo pensando en ti amiga, apelando a tu responsabilidad para que podamos seguir defendiendo nuestros derechos y para que podamos evitar los efectos de la violencia contra las mujeres en nosotras, en las mujeres que nos rodean y tal vez en nuestras propias hijas. Y esto tiene mucho que ver (como casi todo lo que es importante en la vida) con educación, con la educación del día a día, con las cosas que decimos y las que nos callamos, con los paradigmas que subyacen a nuestros actos. Por ejemplo, qué idea está detrás de comportamientos como interrumpir constantemente cuando hablamos con una mujer y callarnos sumisamente cuando es con un hombre con el que estamos dialogando. Qué pasa por nuestra mente cuando elegimos los regalos de cumpleaños de nuestros hijos, y de nuestras hijas. Qué nos hace justificar que un compañero necesite cobrar más que una compañera que realiza el mismo trabajo. Qué nos hace reaccionar con una risa nerviosa y callarnos cuando un hombre nos falta al respeto delante de otras personas.
Como siempre decimos, el primer paso es HACERNOS CONSCIENTES, para después dar el segundo, que es trabajar sobre estas ideas y paradigmas, para pasar a la ACCIÓN: ¿realmente no merezco yo lo mismo que cualquier hombre? ¿Cómo puedo trabajar mis habilidades para no quedarme callada la próxima vez que un hombre me falte al respeto? ¿De verdad quiero seguir interrumpiendo a las mujeres con las que me comunico?
Hace poco leía, que es mucho lo que podemos avanzar en la lucha contra la violencia hacia las mujeres, simplemente formando a las niñas (y yo creo que tampoco nos podemos olvidar de las que no somos tan niñas, que además de por nosotras, tenemos un papel fundamental para servir de ejemplo a futuras generaciones) en habilidades que nos empoderen – hacernos conscientes de lo que PODEMOS, de lo que somos capaces – como el liderazgo o la gestión de conflictos (que es lo mismo que desarrollar nuestra asertividad).
Así que amiga, hoy te invito a hacerte consciente, reflexionar sobre ello y empezar a entrenarte en otras formas de pensar, y de actuar, porque es mucho lo que día a día, en tu vida, puedes influir sobre ti y sobre las personas que te rodean, para aportar tu valiosísimo granito de arena en este gran desafío que tenemos por delante. ¡Nos vemos por el camino!